Temas varios

Felicidad “full time”?

El peligro de fingir que somos felices todo el tiempo cuando en realidad estamos tristes

No reconocer para nosotros mismos y para los demás que estamos pasando un mal momento complica y dilata el proceso de gestión y control de nuestras emociones negativas

La psicología positiva de nuestra época no deja de transmitirnos que hay que esforzarse para ser feliz y, en cierto modo, responsabiliza al individuo de su bienestar, sin atender a sus circunstancias ni contexto. La felicidad se ve como una meta que hay que alcanzar, y como tal, el miedo al fracaso está más que presente. Y esto, en muchas ocasiones, lleva a aparentar constantemente delante de los demás por temor a ser juzgado o que piensen que existe un problema contigo. En realidad, la cultura del aparentar se da hasta en las personas que no están pasando por un momento delicado precisamente; en plena era de Instagram o TikTok, pongas lo que te pongas, lo que más resalta es siempre una gran sonrisa.

Esta dictadura silenciosa de la felicidad, por llamarla de alguna forma, ha provocado que un gran número de personas que están atravesando un momento complicado tiendan a fingir más de lo necesario, lo que entraña muchas dificultades para las personas que están con ellos y les acompañan al no ser del todo conscientes de la agitada marea emocional que se cuece detrás de su sonrisa complaciente. A tal punto ha llegado este fenómeno que los expertos en salud mental no han dudado en llamar a este síndrome depresión sonriente, la cual comporta una serie de riesgos específicos con respecto al resto de trastornos relacionados con la depresión.

“La creencia de que ‘soy feliz porque sonrío’ puede ser contraproducente en comparación a pensar ‘sonrío porque soy feliz”

“El término depresión sonriente hace referencia a los cuadros depresivos que cursan con la sintomatología asociada a dichos trastornos, pero en los cuales el sujeto diagnosticado muestra un afán de ocultamiento”, explicaba Vanessa Rodríguez Pousada, psicóloga sanitaria, en otro artículo del que hablamos sobre esta afección. “Y este anhelo redunda en una posición activa para que las personas que lo rodean no perciban el malestar al que está haciendo frente”.

Sonreír… ¿a pesar de todo?

Las emociones, si se reprimen, son más difíciles de gestionar. Al igual que cuando nos enfadamos con alguien y necesitamos soltarlo, desahogándonos con una tercera persona, síntomas como la tristeza o la falta de motivación, si se ocultan en una mueca continua de satisfacción, pueden agravarse y hacerse demasiado intensos como para lograr entenderlos con el fin de atajarlos. “Sonreír para mantener una fachada es una forma de autoengañarse y solo retrasa lo inevitable“, asegura por su parte Mark Travers, psicólogo norteamericano, en un reciente artículo sobre el tema publicado en Psychology Today“Si bien a veces necesitamos sonreír cuando atravesamos un momento difícil, divorciarse constantemente de tus verdaderos sentimientos hace que nuestro bienestar psicológico vaya a peor”.

“Fingir continuamente felicidad y pensamiento positivo puede conducir a una tergiversación de tu verdadero estado emocional”

Esto a su vez contradice la tesis de estudios que comprobaron que sonreír, a pesar de las dificultades, tiene un impacto positivo en la salud mental. Obviamente, puedes tomarte las cosas con filosofía e incluso reírte de ti mismo o de los problemas para saber sobrellevarlos mejor. La felicidad, sí, hasta cierto punto es contagiosa, de ahí que rodearte de personas positivas tenga un impacto también en tu estado de ánimo, aunque en esos momentos no las tengas todas contigo.

También puede gustarte...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *